El mito de la caverna, Víctor Chicano Navea (trabajo nº 2)
El mito de la caverna -también llamado alegoría de la caverna- es una explicación metafórica, ideada por el filósofo griego Platón, sobre la situación del ser humano ante el conocimiento.
En la narración del mito, Platón nos presenta a varios hombres que yacen prisioneros en una caverna. Al estar atados por el cuello, no pueden girar su cabeza y solo alcanzan a ver el fondo de la estancia, la pared. Detrás de ellos hay una hoguera que ilumina la cueva, y un pasillo por el que circulan hombres con todo tipo de objetos. Las sombras de estos últimos se proyectan en el fondo de la caverna, y esto es lo que ven los encadenados: proyecciones que confunden con la realidad.
El mito de la caverna da un giro cuando uno de los prisioneros consigue liberarse de las cadenas, sale de su ‘prisión’ y puede comprobar por sí mismo que la realidad es otra, y que hasta ahora había estado sumido en la más profunda ignorancia con el resto de sus compañeros. El prisionero liberado se topa con el llamado mundo de las ideas, cuyo estandarte es el sol. Esta persona que ha conseguido librarse de sus ataduras, puede contemplar con admiración el nuevo paraje que le rodea, un mundo de lagos, árboles, animales… Feliz con su averiguación, el prisionero liberado vuelve con sus antiguos compañeros para relatarles lo descubierto: que fuera de la caverna se encuentra la realidad, y que lo que ven no son sino sombras.
¿Cuál es la reacción de quiénes aún permenecen en la caverna? Se ríen del liberado. Piensan que la luz le ha cegado, que por eso dice tales cosas. Para demostrar lo contrario, el citado hombre libre trata de quitar las cadenas al resto, pero estos se niegan y amenazan con matarle.
El mito de la caverna de Platón pretende afirmar que muchos vivimos cómodos en el engaño, cuando hay una realidad ahí afuera esperándonos.
En nuestras manos está el poder obtener por nuestros propios medios la sabiduría que nos permita salir de la ignorancia, pero para ello debemos razonar utilizando el sentido crítico, para ser capaces de interpretar el mundo que nos rodea tal y como es, con sus virtudes y sus defectos, y no dar fácil crédito a ideas que nos han inculcado a través de la manipulación y que obedecen a diferentes intereses.
Este mito tiene mas de 2.000 años, y aún hoy es posible aplicarlo a muchísimos aspectos de la sociedad, por ejemplo
Un claro ejemplo, puede ser el sistema capitalista y la opresión que este nos ejerce en nuestras mentes a través de la necesidad que produce el ansia de consumo que previamente nos han inculcado unos. ¿Se trata de una situación normal? Para la gran mayoría sí, pero quien se ha liberado de sus ataduras y se ha topado con el mundo de las ideas, discrepa de esta opinión.
Y quién se aventura a decir algo que no entre dentro de lo "común" para esos prisioneros, rápidamente etiquetarán a la persona iluminada con diferentes insultos e improperios. ¿Mito, o realidad?
