Trabajo 1: Etimología de nuestros nombres y apellidos

01.12.2012 17:44

Los nombres propios confieren identidad y singularidad a un individuo y los apellidos, por su parte, indican la pertenencia a una familia. Tan asociados están al individuo o a la familia que, aunque tienen un significado etimológico y una historia, no  somos conscientes de ello. ¿Qué mejor manera de iniciaros en el saber filológico que investigando la etimología de vuestro nombre y de vuestros apellidos? Os advierto que es posible que debáis remontaros a otras lenguas del pasado y que para ello contáis con la ayuda de los diccionarios etimológicos, como el de Joan Corominas o el de la RAE, además de Internet, cuya información a veces no es fiable. 

Nuestros nombres tradicionales proceden bien de la Biblia, bien del santoral católico, según se dispuso en el concilio de Trento (1563). Por su origen, los nombres proceden del hebreo (Rafael, Daniel, José), del griego (Alicia, Andrés, Nicolás), del latín (Antonio, Pablo, Sergio, Benito, Martín), de la lengua gótica de los visigodos (Ricardo, Fernando, Alfonso, Guzmán, Rodrigo) y, en menor medida, del árabe (Álvaro, Fátima). A estos nombres hay que añadir los procedentes de préstamos de lenguas modernas (Noelia, Eric, Sonia, Iván…).

En la edad Media los apellidos no eran hereditarios sino personales anexados al nombre propio para distinguir entre los que tenían el mismo. Podían ser patronímicos indicativos del padre (Rodríguez, de Paula, Benito), topónimos indicativos del lugar de procedencia o de residencia que puede ser mayor (Toledo, Zamora, Ejea) o menor, un paraje caracterizado por algo singular (de la Vega, del Río, de la Fuente, del Pino, del Castillo, la ermita de cierto santo) o por la abundancia de algo (Cereceda, Bosque, Cebollada, Trigo)gentilicios indicativos del grupo de origen (Francés, Gascón, Catalán) , indicativos de la circunstancia natal (Hurtado, Exposito, Tirado), la condición social (Hidalgo, Caballero) o el oficio (Herrero, Sastre) y, por último, motes descriptivos de las características físicas   y de personalidad (Crespo, Delgado, Cansino), que a veces son debidos a la analogía entre características de aspecto o personalidad y animales (Gallo, Cuervo, Lobo, Conejo, Cordero...)

A partir del s. XV predomina la tendencia a hacerlos hereditarios aunque de modo aún caprichoso. El actual sistema de trasmisió del apellido fue establecido por ley eclesiástica en el concilio de Trento.

El profesor.